jueves, 1 de julio de 2010

Anoche

Me venían a la memoria Los 400 golpes contra la misma pared.
Los 400 golpes Al final de la escapada.

Y tu sonrisa se me clavaba. Tu mirada también. Pero no sólo había dolor en el filo de los puñales que me clavabas. También había satisfacción, deseo, amor, lascivia, ganas de...
Y tu boca era mi perdición.
Y me volviste a mirar.
Y me volviste a sonreír.
Y volvió el dolor. Y el deseo. Y el amor. Y las ganas de.
Pero te tocó desclavármelo y sólo quedó lo más obvio: la herida de la derrota.

Por la acera de al lado, con un vestido de flores y una evidente decadencia emocional, mi pasado.
Delante, un presente huidizo, que escapa en cada curva de cada cuerpo de mujer.
Pero... ya es mañana, que más da.

1 comentario:

  1. El último párrafo es jodidamente brutal.

    Y...pásate las noches por ahí.Sé que hay alguien que también te busca a ti ;)

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